A veces hacemos con el amor lo mismo que un niño con su globo. Es decir, a veces ignoramos lo que tenemos para luego llorar por lo que perdemos. Es de sobra conocida esa expresión
hecha de “no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”.
| El amor |
Si no nos empeñamos en cuidar de nuestras relaciones nos arriesgamos a que se pierda la ilusión y las ganas de mantener un afecto o un vínculo que, suponemos, nos hace felices. Pensamos que nuestra pareja o las personas que nos rodean tienen la obligación de esperarnos, de aguantarnos o de comprendernos ante todo.
Pero la verdad es que podemos tolerar todo excepto que nuestras necesidades se encuentren en jaque. Con esta idea acabamos sometiendo y sometiéndonos, creando o alimentando círculos viciosos insanos que deterioran los sentimientos que debían haber sido cuidados.
“Al final te das cuenta que lo pequeño siempre es más importante. Las conversaciones a las tres de la mañana, las sonrisas espontáneas, las fotos desastrosas que te hacen reír a carcajadas, los poemas de diez palabras que te sacan una lágrima. Los libros que nadie más conoce y se vuelven tus favoritos, una flor que te pones en el cabello, un café que te tomas solo… Eso es lo que verdaderamente vale la pena; las cosas diminutas que causan emociones gigantescas.”
-Entre letras y cafeína-
El arte de vivir
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