lunes, 9 de abril de 2018

"EL MIEDO A DECIR ADIÓS, UNA VENTANA ABIERTA AL DOLOR"

Yo nunca me atrevía a decir adiós. Y no hacerlo es dejar una ventana abierta al dolor, a la desilusión y al desencanto. La esperanza es lo último que se pierde,
El miedo a decir adiós 
pero si la causa está perdida, es mejor dejar ir, respirar hondo y soltar.
Decir adiós a quien te rompió el corazón. A quien te desgarró el alma. Al que dices “hasta luego” porque es mejor sentir dolor que no sentir nada. Y es que ese frío en el pecho te aterroriza. Te desnuda. Te tira al suelo.
Y eliges la incandescencia del dolor, de la ira y de la rabia. Porque ni te planteas decir adiós. Crees que tus sentimientos sólo pueden ser una variación de esos estados. O fuego o frío. Porque no conoces otra cosa. Porque no te han enseñado a sentir diferente y porque no te has atrevido a decir adiós. 
Crees que tu corazón se congelará y que nunca más volverá a sentir fuego. Y te doy la razón. Que lo mejor que te puede pasar es que no sientas jamás ese ardor que te consume. Que hay otro estado, ni tan frío ni tan sofocante.

Un punto medio de una calidez suave, acogedora. Que no te abrasa y que no te hiela. Que te llena el pecho y se extiende hasta las puntas de los dedos de tus pies.

El arte de vivir

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