lunes, 5 de junio de 2017

"NO TODO AQUEL QUE ME MIRA PUEDE VERME"

No todo aquel que me mira puede verme ni todo el que cree conocerme sabe quien soy. Anónimo
No me conoces
Hay un momento en la vida que toca mirarse delante de un espejo y preguntarle a tu reflejo ¿quién soy? Retarte a ti mismo y ver más allá de lo que crees proyectar. Encontrar nuevas preguntas que cuestionen tus afirmaciones, porque, quien afirma retrocede, pero quien cuestiona avanza. 
Se honesto, no mientas, no te justifiques, si lo haces, estarás teniendo un exceso de razón y te olvidarás del lenguaje del alma, la emoción. Ninguna es más importante que la otra, simplemente se complementan, lo que pasa, es que llevamos tanto tiempo dejando de lado esa vocecita interior, que ahora no le damos valor porque confronta todo lo que hemos aprendido. 
Cuestiónate tus creencias y tus ideas, por muy bien adornadas que estén por palabras, piensa que, igual son las mismas palabras que te están impidiendo saborear lo dulce de la vida. Somos lo que nos contamos, es necesario cambiar nuestra narrativa, lo que nos decimos que somos, nos puede limitar o potenciar. Como decía Henry Ford “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes razón”. Vigila lo que te dices porque ahí se encuentra tu trampolín o tu muro, lo que te impulsa o te frena. 

En un mundo donde prima la prisa, el “para ayer”, nos aleja cada vez más de nosotros mismos. Actuamos y nos comportamos según la urgencia de las situaciones. Pero, sabes una cosa, lo urgente no siempre es lo importante. Y lo importante, normalmente requiere de más tiempo de cocción. Las cosas buenas de la vida son las que se gestan poco a poco. Como al sembrar unas semillas, la naturaleza tiene su tiempo y hay que respetarlo. Es necesario adaptarse al ritmo natural de las cosas.  

El arte de vivir

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