viernes, 4 de noviembre de 2016

"DINERO... PAGAMOS POR VIVIR EN LA TIERRA"

Las especies se extinguen o ven reducidas sus poblaciones por varias razones, pero la causa principal es la destrucción del hábitat debido a actividades humanas.
Pagar por vivir
A medida que evolucionan las diferentes especies, la mayoría de ellas se adaptan al hábitat o ambiente específico que mejor reune sus necesidades de supervivencia. Sin este hábitat particular, la especie no puede sobrevivir.
Las actividades humanas tales como contaminación, drenaje de humedales, conversión de sabanas en tierras de pastoreo, deforestación, urbanización, destrucción de los arrecifes de coral, y la construcción de caminos y presas, han destruido o dañado seriamente y fragmentado los hábitats disponibles.
La fragmentación de hábitats, el aislamiento y división de hábitats en áreas menores, han provocado que las especies de plantas y animales que permanecen en esas "islas" de hábitat pierdan contacto con otros de su propia clase, esto reduce su diversidad genética, haciéndolos menos adaptables al cambio ambiental o climático, y los deja altamente vulnerables a la extinción.
A veces los hábitats fragmentados llegan a ser tan pequeños que no pueden mantener una población sostenible.

Las consecuencias:

Al extinguirse una especie se ve alterado todo un ecosistema completo, y esto trae como consecuencia la falta de balance en la proliferación de otras especies aún existentes, ya sea plantas, animales o ambos, al verse afectado el ecosistema, también se ve afectado el ser humano y el planeta como tal, no solo seres vivos, un ejemplo de ello es la tala excesiva, produce cambios dramáticos en el clima y en la secuencia de las lluvias y temperaturas en distintos lugares de la tierra, una de las soluciones y la más obvia es el manejo y uso moderado de los recursos vegetales, animales y minerales también.

El arte de vivir

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