"TODOS EN LA VIDA NECESITAMOS UN MAESTRO"

En nuestro camino encontramos personas que tienen conocimientos y experiencias más elevadas que nosotros y de quienes podemos aprender lo que necesitamos para avanzar y muchas veces nos ofrecen ejemplos de como absolver algunas pruebas en nuestra vida. A lo largo de nuestro camino encontramos infinidades de maestros y muchas veces ni siquiera nos fijamos de que están allí­ y no valoramos su presencia así­ como tampoco aprovechamos el aprendizaje que nos pueda brindar.

Maestros encontramos en toda nuestra vida y son aquellas personas con las cuales compartimos en algún momento, por ejemplo nuestros hermanos, nuestros padres, nuestra pareja, nuestros hijos, amigos, conocidos, nuestros profesores. También para temas más especí­ficos encontramos maestros que nos brindan una luz en nuestro camino y a los cuales les brindamos nuestro agradecimiento y respeto, por ejemplo: Jesús, Buda, Madre Teresa De Calcuta, Marí­a. En fin cualquier persona que nos brinde su sabidurí­a es un maestro.
Un maestro es alguien que nos ofrece una guí­a en nuestra vida la cual nos ayuda a crecer como persona. Podemos aprender diferentes temas que influyen en nuestra vida como por ejemplo: relaciones con los demás, el ambiente y nosotros mismos, sinceridad, fe, amor, solidaridad, bondad, gratitud, serenidad, energí­a, la vida, la muerte, la salud, sentimientos positivos y negativos, crecimiento personal, espiritual y hasta profesional, entre otros, depende en principio que es lo que nosotros necesitamos aprender en determinados momentos de nuestra existencia. 


Los seres humanos aprendemos por imitación y es por ello que la mejor manera que conocemos para crecer y avanzar en nuestra vida es tomando como ejemplo a alguien que ya ha logrado lo que nosotros deseamos lograr, muchas veces esto se convierte en idolatración o en adoración de una persona porque nos produce admiración, en algunos casos puede ser negativo, sobretodo en las personas extremistas, porque como ya dije un maestro es sólo una guí­a del cual debemos tomar el aprendizaje, esta persona no puede solucionar nuestras dificultades, ni mucho menos decidir que es lo mejor para nosotros, tampoco puede ejecutar acciones en nuestra vida u obligarnos a cambiar, ya que nosotros somos los únicos autorizados de vivir nuestra vida.
Las personas que no poseen una identidad bien definida o aquellas que no saben que es lo que desean realmente pueden ser fácilmente influenciadas por las conductas de aquellas personas a las que ellos consideran sus í­dolos, no permitiéndose vivir su propia vida sino que tratan de hacer lo que hace ese í­dolo.
Existen personas que creen que un maestro o ese alguien que sabe más que él, debe darle las respuestas exactas para mejorar su vida o incluso debe darle una fórmula mágica para lograr en corto plazo todos sus sueños y metas sin hacer ningún esfuerzo o sacrificio. Algunos incluso se llegan a sentir defraudados porque ese maestro no llena esas expectativas, sin caer en cuenta de que ese maestro también es un ser humano y que como TODOS tiene una vida que vivir, dificultades que afrontar, una misión que cumplir, lo único que lo hace un tanto diferente es la forma como enfrenta la vida y que ha decidido por cuenta propia AYUDAR a otros a lograr lo que él ha logrado y lo hace con la mejor intención, muchas veces gratis, invirtiendo su tiempo y energí­a en darle a otros una posibilidad para ser mejores y vivir en armoní­a, dándole la clave para que pueda elegir ser feliz, a veces sacrificando momentos de su vida por atender la necesidades de aquellos que lo necesitan.
Todos necesitamos un maestro porque todos necesitamos aprender mientras estemos en esta tierra, puesto que nos ayuda a evolucionar y crecer como personas y como almas, pero debemos tener claro que un maestro es una inspiración y motivación a seguir nuestro camino, no es alguien que pueda vivir nuestra vida.

El arte de vivir