Tiempo y vida |
Cuando somos niños vemos un mundo grande, inmenso y todo parece ser lejos, las vacaciones resultan largas y la escuela nunca termina. Al crecer un poco más y convertirnos en adolescentes, las cosas empiezan a cambiar, ya el mundo nos empieza a quedar pequeño y el tiempo nos pasa más rápido, queremos llevarnos el mundo por delante como una locomotora.
Al convertirnos en adultos jóvenes, ya hemos atravezado suficientes experiencias como para darnos cuenta que el tiempo solo es largo cuando está por delante a modo de reto o meta. Luego que pasa es como un abrir y cerrar de ojos.
Al llegar a la tercera edad y posterior vejez, te das cuenta que la vida productiva ya te pasó por encima y que en silencio hace tiempo que vienes aceptando lo que ahora eres como ser humano, que vas en descenso, sabes que hace un buen tiempo la locomotora se detuvo y entiendes de una manera conforme que te queda poco tiempo, aun así, nunca será tarde para volver a echar a andar la locomotora unos metros más adelante, pero ya no tienes las mismas fuerzas de antes.
Es así como la vida sucede tan rápido, que en el final de nuestros días pensamos tanto en aquello que no hicimos o que dejamos de hacer, y penoso darnos cuenta tarde, que la vida es sólo un soplo, un instante que sucede en un santiamén! , que luego deseamos ya sin fuerzas haber hecho tantas cosas. Reflexiona ahora que tienes tan sólo un poquito más de tiempo por delante y vive verdaderamente.
El tiempo no se detiene, la vida es una sola y todo el trayecto de horas y minutos una travesía que dictará el final de nuestros días. Ama, vive, expresa, comenta, dá, ora, demuestra, aprende, enseña, acepta, entrégate, ofrece, cumple, trabaja, disfruta, escucha, deja ser, deja ir, deja entrar y sobre todo, permítete siempre ir donde tu corazón te quiera llevar. Haz el bien y vive, vive esos días, horas y minutos lo mejor que puedas, haz de tu vida completa la mejor de las experiencias y si fallas y caes levántate y no pierdas tiempo quejándote. Jamás te detengas a mirar lo que dejas detrás, cada día por delante es una nueva oportunidad.
Para lograr esa experiencia extraordinaria hay que mirar siempre en dos únicas direcciones, hacia la punta de tus pies para saber donde estas parado, y hacia adelante para saber a dónde te diriges. Nunca mires al cielo y atrás. Aprovecha el tiempo!!!
El arte de vivir
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