viernes, 2 de febrero de 2018

"INVERTIR EN EDUCACIÓN"

Más allá del impacto de la educación sobre la retribución de las personas y la generación de riqueza, diversos investigadores en el campo de Economía de la
Invertir en educación 
Educación han detectado también efectos positivos no monetarios. Estos, lógicamente, resultan más difíciles de cuantificar, pero se pueden identificar y valorar mediante diversos procedimientos.
Así, encontramos a autores2 que han demostrado que el nivel de educación afecta aspectos como:
– el grado en que un individuo disfruta de su trabajo: las personas con mayor nivel de formación están más satisfechas con el trabajo que realizan;
– la educación puede conducir a los individuos a tomar mejores decisiones en aspectos relacionados con su salud o estilo de vida;
– y la educación puede convertir a los individuos en más pacientes y más orientados a objetivos.
Por ello, no nos estamos refiriendo solo a beneficios a nivel económico, sino también de beneficios en calidad de vida.
Si una sociedad invierte en educación en edad temprana, fomenta la escolaridad, reduce la delincuencia, mejora las aptitudes de los niños y les conduce a obtener mejores niveles de renta en su vida profesional futura. Un mayor nivel de renta repercute en mejorar la vida de la persona y contribuir con un mayor nivel de impuestos a la sociedad y, por tanto, genera un mayor bienestar social.

La educación impacta directamente en la renta de la persona, contribuye a generar riqueza en la sociedad y afecta el modo de afrontar la vida de cada persona. Creo que son motivos suficientemente poderosos para plantearse seriamente la necesidad de invertir en educación de un modo eficiente y la necesidad de hacer frente a los retos a los que se enfrenta nuestro sistema educativo.

El arte de vivir

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