No hay nada más agotador que escuchar a una persona criticar y malmeter contra todo lo que se mueve. Además, vivir rodeados de este peculiar
negativismo nos acaba haciendo sentir fatal, pues las palabras y las actitudes de un criticón son como virus que se adentran en nuestra mente y la devastan.
La gente feliz |
De las personas habituadas a criticar es mejor alejarse, pues nos intoxican y nos ahogan de tal manera que hacen que nos desequilibremos. El precio de vivir en tranquilidad es incalculable, por eso no debemos permitir que nadie vulnere
nuestro espacio físico y psicológico.
Uno de los mejores indicios de la pobreza emocional y vital de una persona es que dedique su tiempo y esfuerzo a criticar a los demás.
LA GENTE FELIZ NO HABLA MAL DE LOS DEMÁS
¿Cuánto tiempo inviertes al día en escuchar criticar a los demás? ¿Mucho? ¿Poco? Pues es hora de dar un paso a un lado y apartarte de ciertas situaciones o personas. Están haciendo peligrar tu bienestar y tu equilibrio emocional.
Por eso, dedica tu tiempo a mejorarte a ti y a tu entorno. Esto te servirá para dos cosas: mantener una actitud saludable ante la vida y predicar con el ejemplo.
El arte de vivir
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