Tenemos derecho a vivir bien, a ser felices. Debemos sacarnos de la cabeza la
idea de que algunas vienen a este mundo para ser mártires y otras para ser “reinas”. Cada vez que se nos antoje pensar que la basura de este mundo es para nosotras es cuando debemos sacar a relucir nuestra espada de amor para combatir a los demonios que desean apoderarse de nuestra esperanza y nuestra fe. En nuestra manos hay una bella canastita, una que está dispuesta a ayudarnos a recoger los pedacitos de alma que nos quedaron regados por el piso, una canastita que con dignidad nos puede ayudar a reparar los daños de la más terrible de las explosiones.
el derecho a vivir bien |
El arte de vivir
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