Un abrazo desnudo calienta el alma, hace humear nuestro corazón, nos lo recoge y nos lo encoge, nos estremece, eriza nuestra piel y caldea nuestra casa. Por eso un abrazo sincero vale más que cualquier otra ofrenda. Y es que abrazar a las
personas que queremos es lo que realmente las hace sentir especiales, únicas y afortunadas.
Un abrazo |
Un abrazo construye escalones con su calidez, nos hace tumbarnos y nos obliga a contemplar el espacio. Gracias a esos
gestos de cariño tenemos la oportunidad de recordar aquello que nos reconforta. de mantenerlo presente aunque no seamos conscientes y así sonreír aunque no tengamos motivos.
Los abrazos no resuelven nada, pero nos ayudan a decirle a las adversidades que no van a poder con nosotros, que no van a derrumbar nuestros muros ni a destrozar nuestras cosechas.
El arte de vivir
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