Los seres humanos solemos tener el hábito de culpar a los demás cuando las
cosas nos marchan mal, lo que no deja de ser una reminiscencia más de la niñez. Muchos de nosotros hemos logrado representar con gran verosimilitud el papel de víctimas impotentes, siempre a merced de terceras personas o incluso de la mala suerte en la película de nuestras vidas. Nos inventamos todo tipo de excusas para no asumir que somos nosotros quienes creamos nuestra vida a cada momento. Son nuestras creencias las que diseñan nuestro futuro, aunque no nos haga gracia admitirlo. Por ejemplo, aquellas personas que viven absolutamente convencidas de que son un desastre o de que sólo los demás tienen buena suerte, están atrayendo situaciones que refuerzan esas creencias, sumergiendo sus vidas en un círculo vicioso del que les resulta imposible salir.
No busques excusas |
El arte de vivir
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