Juzgar por apariencia |
Esto es lo mismo que estaba pasando con el apóstol Pablo en Hechos 22, fue llevado ante el tributo, lo trataron mal, lo azotaron, simplemente por su apariencia. Sin embargo cuando [el les dijo que era romano, sintieron miedo, vergüenza, y desistieron en seguir el ataque en contra del apóstol. Es que un romano no puede ser azotado, ni puesto en prisión, y a Pablo solo por la apariencia lo trataron así. Este problema es más grave que de lo que nos podemos imaginar. En Centroamérica, si un agente de seguridad, sea policía, guardia, o del ejercito puede apresar a cualquiera que tiene un tatuaje en su cuerpo, porque rápidamente es asociado como miembro de alguna pandilla. Alguien que anda con los pantalones abajo mostrando el bóxer, pronto es asociado como de un grupo rebelde o de una pandilla o de un grupo de personas insatisfecha. En este país de los Estados Unidos, muchos compatriotas legales han sido apresados solo por la apariencia hispana.
Juzgar según la apariencia en todo tiempo es incorrecta, injusta e irresponsable. En la Iglesia, jamás debemos hablar de alguien, ni emitir juicio en contra de alguien solo por la manera de vestir, hablar, comer, o caminar. Cuando sintamos duda sobre algo, tengamos el carácter y el valor de ir donde la misma persona y preguntarle para salir de la duda. Jamás condene a alguien sin haberle dado antes el derecho de auto defenderse. Evitar esto no permite vivir más en paz, actuar según la Palabra, obedecer la dirección del Espíritu, practicar el amor.
El arte de vivir
No hay comentarios:
Publicar un comentario