jueves, 17 de marzo de 2016

"PERSONAS QUE TE HACEN SENTIR BIEN"

En el mundo hay miles de personas. Muchas, por ello, la realidad es que a veces, tienes que convertirte en un recolector de pequeños tesoros que están ahí en medio de la masa, si quieres ser feliz. Si quieres rodearte de personas que de verdad ven la luz que hay en ti. Personas que si te entregan su confianza, lo harán sin condiciones. No te mentirán, ni te engañarán.
Persona buenas
Eso es la amistad verdadera, un juego de dos, uno de los juegos más bonitos en los que puedes participar en tu vida. De hecho, valoras mucho más a las personas que te aprecian, gracias también a esa decepciones que todos llevamos en nuestro corazón. Y que sin embargo, se superan. Hay un día en que ni siquiera recuerdas el nombre de una persona que no merecía la pena. Es una idea metafórica pero prácticamente es real.
Al final, cuando tienes un buen grado de autoestima y un conocimiento adecuado de ti mismo, a parte de perder peso emocional, por pura inercia tiendes a borrar de tu vida a quien no te hizo bien para dar espacio a esas personas que pueden aportarte nuevas esperanzas.
Cada persona valora algo diferente en su vida. Yo creo que merece la pena dejar de lado el plano material para dar valor a lo espiritual. Para disfrutar de una conversación interminable con un amigo. Cualquier momento es bueno para hacerlo. De hecho, por ejemplo, cuando ya conoces a una persona desde hace mucho tiempo, te parece bonito compartir tiempo con ella precisamente, porque te sientes cómodo en su compañía. Sin embargo, cuando acabas de conocer a alguien que te transmite confianza, y con quien te sientes bien, también disfrutas igual o incluso más hablando y abriendo parte de tu alma, precisamente, porque la novedad también es un punto positivo en la amistad que resulta atractivo como bien explicó Tomás de Aquino.
El propio Platón expresó que las grandes ideas surgen en la conversación entre dos amigos. Y en el fondo, en una amistad de dos se crea una especie de microcosmos. Un universo en pequeñito que implica confianza y respeto mutuo. Ojalá en tu vida te atrevas a apostar por la amistad en letras mayúsculas. Y también, ojalá tengas el corazón lo suficientemente abierto al mundo como para no necesitar siglos para mostrar tu interés por conocer a aquellas personas que se cruzan en tu camino. La realidad es que si no abres las puertas a tiempo, puede que la oportunidad ya haya pasado.

El arte de vivir

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