martes, 15 de diciembre de 2015

"POR QUÉ SER DIFERENTE"

Seamos pues naturales, en cualquier situación, dejemos de lado la diplomacia, el saber estar, seamos nosotros mismos y expresemos nuestras debilidades y nuestras grandezas. Seamos nosotros mismos para que nos cataloguen como nosotros mismos y no para que nos acaben comparando con otros estereotipos que no nos interesan y que nada tienen que ver con nuestra vida y nuestra particular visión del mundo.


Ser diferente
Hemos crecido en un mundo estandarizado, como si cada uno de nosotros fuese no más que otro producto dentro de una línea de producción en masa. La industrialización trajo consigo la posibilidad de crear grandes cantidades del mismo producto en muy poco tiempo, cada vez más parecidos. ¿Tiene la educación el mismo propósito con los seres humanos?
Por naturaleza, los jóvenes somos rebeldes y atrevidos, lo que nos motiva para querer salirnos de la fila hacia el comedor, hacia el salón de clases o hacia ese taller especializado que nos ha pagado la empresa. La juventud quiere reconocimiento y este es solo posible cuando logramos destacar sobre los demás. No se trata de la pura intención por querer llamar la atención, se trata simplemente de que no queremos ser iguales a nadie más.
El mejor cumplido que te pueden hacer otros es reconocerte como único, pero más cumplido es cuando tú mismo lo reconoces frente al espejo y te comprometes a serlo por siempre. ¿Será que la educación y la sociedad quieren producir en masa a hombres y mujeres sin diferenciación alguna? Eso parece. Y si dejamos que esas ideas influyan sobre nosotros, cuando veamos que otro se sale de la fila lo señalaremos y pediremos refuerzos para encarrilarlo de nuevo, así sea necesario “darle cuero” como decían nuestros padres.
¿Imaginas que la vida en sociedad fuese un espacio en el que todos estamos de acuerdo en todo? A cualquier opinión le decimos que sí o que no, no cuestionamos, no discutimos, somos todos iguales de pensamiento, palabra y obra. A veces es necesario causar polémica por el simple hecho de llevar la contraria, para no abandonar esa esencia rebelde que debe ser explotada en la juventud; ser tercos funciona.
Ser diferente es lo mejor que puedo hacer para ser yo, porque la palabra “yo” significa uno; significa tú y nadie más. Suficiente es con el hecho de encontrar nombres repetidos, parecidos físicos, alguien usando tu misma franela o los mismos zapatos; esas son cosas que difícilmente podremos evitar, pero que te digan: “eres igual a tal persona”, ¿a quién le puede gustar?
Ser diferente requiere compromiso y valentía para defender tu posición, más aún cuando aparecen esos agentes con borrador y lápiz queriendo editarte para hacerte igual a los demás. “No te comportes tan raro” es, en pocas palabras, “no seas tú, no te diferencies”. Sin duda alguna vale la pena tener algo de excéntricos nos decía Julio Chicagui en uno de sus brillantes post, y yo le agregaría: lo vale todo.
Sé diferente, sé único y genial para ti. Es la única vía para la generación de nuevas ideas, para hacer mejor lo que ya existe. No repitas, no imites y cree en ti mismo; sé ese número uno al que otros quieren controlar, porque incluso su persecución te servirá para correr más rápido y descubrir nuevos caminos, para mantenerte siempre en movimiento. Que otros te quieran cambiar significa una cosa: que estás haciendo las cosas bien. ¿Lo permitirás?

El arte de vivir

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