viernes, 13 de marzo de 2015

"LA SIMPLEZA DE LAS COSAS"

En una ocasión escuché decir en un programa de televisión, que existen dos remedios simples, baratos y caseros contra la tristeza. No se trata de ningún enigma, sino de jugar y saltar.
La simpleza 
Cuando jugamos o saltamos, nuestro cuerpo realiza una serie de acciones que ponen en marcha varios mecanismos en nuestra mente, los cuales nos permiten camuflar nuestro pesar, aunque sólo sea por un momento.
Dos cosas tan sencillas como jugar o saltar, a priori algo tan intrascendente e infantil como eso, son en realidad dos herramientas muy útiles para luchar contra la desdicha, el aburrimiento o la melancolía.
No voy a profundizar en la teoría científica sobre las hormonas que se desprenden al jugar o saltar y el funcionamiento del cerebro mientras se realizan, puesto que no es un campo que me corresponda, únicamente ánimo a ponerlo en práctica.
Algo tan ingenuo como saltar, ya sea con un cordel, en una cama elástica o sin nada, crea automáticamente un vínculo con nuestra cara que resulta casi imposible no sonreír mientras se practica. Además, cuanto más tiempo se lleven a cabo los saltos, más duradera y consistente será la risa.
Y, por otro lado,  no hay nada como rodearte de niños y niñas para que, de inmediato, desaparezca el mundo real que tanto aturde a nuestro pensamiento. Es increíble como los niños siempre están encantados de ser tus anfitriones en una batalla pirata, una consulta médica o un día cualquiera en la vida de una familia.
A pesar de que cueste reconocerlo, con los años, las responsabilidades y los problemas, se puede llegar a casi olvidar como nos divertíamos de pequeños, con cosas tan sencillas como jugar y saltar, y digo casi, porque es ponerse a ello y enseguida conectamos con aquellos recuerdos y sensaciones.
No importa la edad que se tenga, ni siquiera el momento y tampoco el lugar, tan sólo hay que tener ganas de olvidar por un ratito, aunque sea muy pequeño, aquello que nos oprime, nos amarga y nos agobia.
Estas dos ideas son sólo algunos instrumentos contra la cruda realidad, pero ciertamente sirve cualquier cosa que ayude a sobrellevar lo que nos ha tocado vivir, eso sí, cuanto más primario sea, mejor. Ahí radica el éxito de estas dos actividades, en la simpleza de las cosas. Por eso aquí quedan estas recomendaciones: jugar y saltar.

www.viviresunarte.es

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