Los maestros sufís tratan de hacer conscientes a sus discípulos de que no deben fascinarse por personas con egos seductores y buscar, en cambio, su Ser Esencial, (o su Dios interior) dentro de ellos mismos.
Recuerda |
Ni los médicos curan ni los maestros enseñan, solo ejercen de pulidos espejos a través de los que puede reaccionar la voluntad del enfermo para curarse o del discípulo para aprender.
El maestro es un guía que te acompaña durante un breve tramo del camino. Después, una vez te ha transmitido lo que sabe, se aparta para que puedas continuar por tu cuenta. Por tanto cortará con la tentación de engancharse de sus alumnos, cuando considere que estos han aprendido todo lo que podía enseñarles.
Es urgente que se incluya la educación emocional en las escuelas, porque ser maestro es mucho más que meter datos en la cabeza, también hay que innovar incluso aunque no se tenga permiso para hacerlo.
Si continuas esperando que desde fuera de ti mismo te llegue algo liberador, como no sean las enseñanzas de verdaderos maestros –y has de saber que son pocos-, está en opinión de Juan trigo perdiendo el tiempo.
Maestros, modelos, estudios nunca estorban y sin duda pueden ayudar; pero no crean. Es bueno recordar que no hay universidad ni escuela que enseñe lo que enseña la vida.
Un verdadero maestro tiene muchos defectos. Un falso maestro no tiene ninguno. Afirma Alejandro Jodorowsky que los “defectos” son parte de la naturaleza humana, son cualidades mal entendidas, virtudes que se expresan de modo equivocado y que también pueden convertirse en maestros.
Otros maestros nos esperan en el camino de la vida… hasta que descubramos el maestro más importante, ese que hemos llevado oculto en nuestro interior desde el día que nacimos.
El arte de vivir
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