En la actualidad, los medios nos han generado una idea increíblemente superficial de lo que significa ser un hombre, y eso mismo nos puede acarrear ciertos problemas con nuestra identidad.
Nos han invadido con una serie de alternativas que prometen darnos una sensación de poder y aceptación social, los estándares de publicidad juegan despiadadamente con la imagen masculina. La revuelta nos dice que para tener un estatus hay que consumir cierto desodorante, marca de calzado o de pantalones para que las mujeres corran detrás de uno, vendiendo una muy lejana realidad que lamentablemente terminamos por aceptar.
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El valor de un hombre
La única verdad en todo esto es que las cosas que tengamos no nos garantiza el valor como hombres. Ser hombre implica tener carácter para asumir los retos que se presentan día a día, no ser esclavo de las prisiones mentales, aprender a escuchar antes de decir algo, la determinación para seguir lo que queremos para nosotros, la voluntad para levantarnos aun y cuando el suelo parece de barro y lodo, llevar un estilo de vida digna de compartir y que sirva de inspiración para aquellos que nos rodean y nos aprecian, respetar la integridad tanto de uno como de los otros, no involucrarnos en asuntos que resulten en daños y construir antes, de toda confrontación, un buen diálogo. No se trata de seguir mujeres con tal de satisfacer los excesos del impulso sexual que pueden llevar a la bajeza y vicios que no forjan de manera positiva la personalidad, no se trata de aplastar a otros para escalar más rápido, ni guardar celosamente el conocimiento, porque aquel que sabe algo y no lo comparte de cierta forma se lo está quitando. |
Considera que el valor como hombre no te lo da el dinero, ya que hay sabios con grandes enseñanzas que nunca persiguieron la riqueza (y no que esté mal buscarla, sino saber para lo que sirve), el prestigio, o la fama, porque también hay artistas que siguen creando sin mucho reconocimiento pero con gran satisfacción personal, y llegar a ese nivel tiene su mérito.
Es un error ocultar lo que sentimos, solo porque se nos sigue enseñando que mostrarnos frágiles nos resta hombría, cuando realmente es el no guardar lo que somos lo que nos hace crecer. El valor como hombre te lo das tú mismo en base a tus acciones, pues ellas te conducen a los hechos, en la firmeza de tu convicción para cumplir con tus palabras y en la aceptación total de las consecuencias de tus decisiones.
El arte de vivir
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