La verdad |
Muchas personas mienten en el afán de conseguir la aprobación externa, ya que ellas mismas no se aprueban tal cual son. Muchos hombres exageran sus cualidades masculinas y dicen ser "protectores" cuando en realidad son algo inmaduros y actúan como adolescentes. En el caso de las mujeres que tampoco se aprueban a sí mismas, suelen fantasear con una vida que no es la que en realidad viven. La mayoría dice tener un marido e hijos sumamente maravillosos, que viven pendientes de ella y la ayudan todo el tiempo. En realidad, todas las mujeres sabemos, que el 90% de ellas, primero es madre, luego esposa y finalmente se dedica algo de tiempo para sí misma.
De todos modos, a la larga o a la corta, las mentiras más "gordas" se descubren, y en ese caso y de acuerdo a la gravedad de los hechos que las generaron, pueden ser más destructivas que la verdad más cruda. Por eso, antes de "abrir la boca" (ya sea para soltar una mentira o una verdad dolorosa) hay que pensar muy bien lo que se va a decir y cómo se va a decir. No hay que olvidar que la mentira genera desconfianza y contribuye a romper el vínculo de una pareja. Siempre conviene evitar lastimar a la otra persona, pero no a base de mentiras que tarde o temprano serán descubiertas. La verdad tampoco es siempre la mejor solución. Muchas veces es preferible, simplemente callar. Hay verdades que pueden causar un dolor innecesario y a veces es mejor esperar a que llegue el momento oportuno para hablar con serenidad y muchísimo tacto.
El arte de vivir
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