jueves, 9 de octubre de 2014

"LA LOCURA DE VIVIR"

LA LOCURA QUE CURA

Locura
Quien hay que sea capaz de soportar las injurias de la vida, todo el sufrimiento e injusticias que en ella se producen? Todos lo hacen, claro, pero no solos, si no que la locura nos ayuda en gran parte a superar esto, tanto que no nos damos cuenta de todo el daño que nos producen y que nosotros mismos producimos a nuestros semejantes.

¿Quien tan cuerdo y a la vez estulto como masoquista, estaría dispuesto a sufrir el calvario de la vida?, ¿sin ni siquiera una pequeña gota de locura?. Los que lo intentan pronto se rinden y muchos terminan en el suicidio, siendo ésta su única salvación, (si es que sus almas no estaban muertas desde un principio). El mundo estaría lleno de almas perdidas, errando por los parajes de la eternidad, el mundo estaría así
y mucho peor; si no fuera por la ayuda de la locura. La locura que aporta felicidad y alegría al corazón, despreocupación y hermosura al alma, que oculta e ignora los problemas, penas y todo sufrimiento, que el alma no seria capaz de soportar sin ella.

Imagina por un momento que has perdido la sensatez y prudencia que te caracterizan, que te has vuelto completamente loco o loca. ¿Qué harías? Ya no piensas en aquello que es correcto o incorrecto, bueno o malo, beneficioso o pernicioso, permitido o prohibido... Simplemente estás tú con tus deseos oscuros, con tu impulsividad. Te has dejado apoderar por el sinsentido, por el capricho. No hay un porque escondido a lo que haces. ¿Qué te viene a la cabeza? Intenta no reprimirte, sólo estás fantaseando. ¿Qué ocurre? "Si estuviera completamente loca/loco, yo..." Seguro que los finales de
Vivir
esta frase te dan pistas sobre tus deseos más auténticos y te acabas desidentificando de quién eres y de aquello que se espera de ti, pero descubres algo que valía la pena porque también eres tú. Decía el irreverente Guillermo Borja en su libro La locura lo cura: "Si yo tengo que controlar mi pensamiento, mi emoción y mi acción, es que hay algo irresuelto en mí. La presencia, la transparencia no amenazan a nadie, no atentan a nadie, al ego sí, porque teme perder el control, como si creyera que la esencia humana es mala. La esencia del ser humano es buena, el ser humano es bueno, ¿por qué controlar lo que es bueno?". Sin embargo nos empeñamos tanto en encauzar nuestra vida que al final el chorro de energía que la conforma pierde fuerza y dirección. "Si estuviera loca, yo..." Me cuesta encontrar una respuesta porque el final de la frase me compromete con una nueva manera de hacer las cosas. Me paro. Suspiro el miedo y vuelvo a empezar. "Si estuviera loca, yo... Dejaría todo por hacer y me iría a encontrarme con personas nuevas, con lugares diferentes, deseo construir una nueva aventura de vivir". ¿Y tú?

Todo lo que aquí se dice se puede resumir en solo unas cuantas palabras: la locura es el elemento esencial que necesitamos para vivir felizmente. La locura es verdad absoluta, es la realidad tal y como es. La locura es el motor que pone al mundo en movimiento, es vitalidad, valor, energía de la cual nadie puede prescindir. La locura conduce a la más elevada sabiduría, es la madre de todas las pasiones humanas, es la originadora del amor y de la amistad; los sentimientos más hermosos que hay.

En un mundo como el hoy, los humanos se destruyen unos a otros con el único objetivo de obtener poder, en vez de utilizar estos esfuerzos para lograr objetivos de bien común para humanidad.
Al mundo de hoy no le vendría nada de mal una pequeña esencia de esta locura.

El arte de vivir

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