Vale, muchas veces no es justo lo que nos ocurre, pero es que la idea de equidad solo está en nuestra mente. Sin embargo, esto no es malo en su justa medida porque nos ayuda a
protegernos, a no cerrarnos por miedo y a ordenar nuestro mundo.
Que hice para merecer esto |
Es decir, sería muy complicado vivir sin temor pensando que podemos ser los siguientes en sufrir una desgracia y tener que lidiar con ciertas dificultades. De todas maneras, es importante que intentemos enfrentarnos y trabajar contra las injusticias en vez de acercar posturas con la pasividad que nos caracteriza (¡véase nuestro inmovilismo ante el conflicto sirio!).
O sea, que tenemos que evitar caer en la trampa del victimismo y de la queja y sembrar semillas que nos permita equilibrar las fuerzas de la misma manera que un atleta entrena cada día para tener opciones de ganar la competición.
Ser buena persona no garantiza que nos sucedan cosas maravillosas, al igual que tampoco ser malo llenará la vida de alguien de desgracias. Pero todo esto da igual, porque de lo que debemos preocuparnos es de lo que podemos hacer cada día por nuestra vida y la de los demás.
Al final, el tiempo no tiene todo en su mano, sino que somos nosotros los responsables de dejarle actuar, de organizar nuestro destino. Recuerda que las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo, solo que sacan lo mejor de todo lo que encuentran en su camino
El arte de vivir
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