Hemos oído cientos de veces eso de que “el tiempo pone a cada uno en su lugar”. Habremos incluso deseado que eso ocurra, que la vida le dé su merecido a aquellas personas que hacen
daño o que nos recompense por hacer las cosas bien.
Tiempo al tiempo |
Sin embargo, no podemos decir que esto sea cierto o sea falso, pues los designios del destino escapan a nuestro entendimiento. Lo que ocurre, en verdad, es que este dicho está mal entendido.
Ni somos justicieros ni podemos esperar que nada ocurra por inspiración divina a los demás. Se trata de que la vida nos ofrezca la posibilidad de reflexionar y dar un paso hacia adelante. O sea, la realidad no es que vayamos a pagar la consecuencia de nuestros actos, es que no podemos evitar que lo que hacemos marque nuestra trayectoria vital.
Me pregunto si he cambiado en la noche. Déjame pensar. ¿Era la misma persona cuando me levante esta mañana? Casi pienso que puedo recordar sentirme un poco diferente. Pero si no soy la misma, la siguiente pregunta es ¿quién soy en el mundo? ¡Ese es el gran puzzle!”
-Alicia en el País de las Maravillas-
El arte de vivir
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