martes, 21 de abril de 2015

"POR QUÉ TODO NO SE PUEDE COMPRAR"

Hace una semana que va circulando por las redes un precioso vídeo bajo el título “La otra carta”. Se trata de un vídeo que dura poco más de dos minutos elaborado  para una campaña de Navidad. En el mismo, se  pregunta a diez niños, con sus respectivas familias, cómo sería su carta a los Reyes Magos pero también qué es lo que pedirían a sus padres. 
El amor no se compra
El resultado es precioso y nos invita a pensar y reflexionar sobre aquello que ofrecemos a nuestros hijos (que muchas veces no coincide con lo que realmente desean). 
Me quedo con las peticiones que hacen los hijos a sus padres:
  • Quiero que estés más tiempo conmigo.
  • Quiero que hagamos más experimentos en casa.
  • Quiero que nos hagáis un poco más de caso.
  • Me gustaría que cenarais más con nosotros, etc.
También me gustaría detenerme en la pregunta que le hacen a los padres: ¿Os sorprende que os pidan esto?Y sobre todo la respuesta de los mismos:
  • La verdad es que no nos sorprende.
  • Es que tienen demasiados juguetes…
  • Les llenamos ese vacío con un juguete.
Es momento de reflexionar y transmitir algo esencial a nuestros hijos: hay cosas que no tienen precio y todo no se puede comprar. La amistad, un favor, una puesta de sol, la gratitud, unas palabras de cariño, una sonrisa… No podemos acostumbrarlos a que todo tiene una recompensa económica o en su defecto un regalo material.
Si realmente quieres a tu hijo dale lo más importante: tiempo y afecto. Cosas que no se compran y son mucho más valiosas. Porque muchas veces, ese “vacío afectivo” lo pretendemos llenar con cosas materiales pero el afecto no se puede comprar.
Catherine L´Ecuyer en la última entrada de su blog Apego y Asombro relata el caso de un profesor que un día se le ocurrió preguntar a sus alumnos de secundaria: “¿Qué profesión te gustaría tener de mayor? ¿Te gustaría tener la misma profesión que alguno de tus padres?”. El 98% de los alumnos respondieron que no les gustaría, porque “nunca están en casa”. Tremendamente significativo…
Por cierto, ¿qué crees que escribiría tu hijo en “la otra carta”? Te invito a hacer la prueba. Seguro que te sorprendes. O no…
* Este anuncio debería servir también para que nuestros dirigentes tomaran conciencia de la importancia de trabajar para que la conciliación familiar-laboral fuese una realidad. Estamos a años luz de conseguirlo y esto es un auténtico problema. ¿Para cuándo la solución del mismo?


El arte de vivir

No hay comentarios:

Publicar un comentario